Estudia la UAT propuestas para la protección de manglares y pastos marinos

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Exploran esquemas que contribuyan a proteger la cobertura de esos hábitats que son importantes para retener las emisiones de bióxido de carbono generadas por la actividad humana.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) estudian la cobertura de manglares y pastos marinos que existe en la zona del Golfo de México que corresponde a la entidad, con el propósito de encontrar nuevas alternativas para la protección de esos hábitats. 

Al respecto, el investigador de la UAT, Dr. Leonardo Uriel Arellano Méndez, dijo que los estudios pretenden determinar el estado de la cobertura de manglares y pastos marinos en Tamaulipas y a su vez proponer esquemas para su protección. 

Refirió que en estados como Yucatán han logrado crear programas de protección mediante espacios naturales que embellecen las playas y contribuyen a la creación de nuevas actividades turísticas.

Al impartir la conferencia virtual “El carbono azul en Tamaulipas”, el especialista explicó que la importancia de esas acciones radica en la pérdida de la cobertura de manglares y pastos marinos.

“En México, se estima, se ha perdido el 35% de la cobertura de manglar y un 50% de pastos marinos. Perder esos ambientes ocasionaría también la pérdida de muchas especies de peces de interés comercial que habitan en esas zonas. Por ejemplo: los camarones, parte de su vida está en los pastos marinos; al perderse las praderas de pastos marinos perdemos todo el camarón”, indicó. 

Explicó que esos hábitats, además, son muy importantes para el secuestro de las emisiones de bióxido de carbono que se generan debido a la actividad del ser humano. 

“Le denominamos carbono azul de costas y océanos, es el carbono que fotosintetizan las microalgas; resulta que en el mar tenemos una gran cantidad de microalgas que microsintetizan y secuestran carbono, y ese carbono se encuentra en todo el océano”, asentó.

“Resulta que por unidad de área más del 50% del carbono orgánico que emitimos lo secuestra la cobertura oceánica, y del 25% al 30% lo hacen los bosques y selvas”, acotó. 

“Solamente el .5% de la cobertura oceánica pertenece a los ecosistemas costeros, y ellos secuestran más del 50% de ese carbono orgánico, esa es la importancia de esos sitios, el problema es que son muy frágiles, y ahí es donde debemos tener mucho cuidado”, señaló. 

Refirió que México es uno de los países que más ha atacado esos ecosistemas, principalmente las zonas de manglares, para la construcción de hoteles. 

“Cuando quitamos los manglares quitamos la biomasa viva, y también retiramos todo el carbono orgánico secuestrado en esos sedimentos. Si los pastos marinos los estamos dragando constantemente para quitarlos, liberamos una gran cantidad de bióxido de carbono”, apuntó.  

Añadió que la importancia de los manglares radica en que además de secuestrar el bióxido de carbono que emite el ser humano, ayudan a evitar la erosión y la pérdida de los hábitats costeros. 

“Los pastos marinos ayudan con el oleaje y a sedimentar, y son los que generan esos sitios de trasparencia, cuando no hay pastos marinos el agua es turbia”, concluyó.