Cambio climático modifica distribución de murciélago transmisor de la rabia

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  • Expertos de la UAT trabajan en un proyecto para conocer las variaciones en la distribución de la especie conocida en México como murciélago vampiro, cuya información permitiría anticipar afectaciones para la ganadería e implicaciones para la epidemiología.

Con base en estudios científicos sobre las variaciones en el medioambiente debido al cambio climático, investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) desarrollan un proyecto que permita anticipar las modificaciones en la distribución geográfica en México de la especie conocida como murciélago vampiro, incluso advirtiendo que podría llegar a los Estados Unidos. 

El investigador de la UAT, Mtro. José Ignacio Olave Leyva, comentó que se trabaja en el proyecto denominado “Cambio climático y modelado de nicho ecológico de desmodus rotundus: implicaciones para la epidemiología de la rabia en México”, con el propósito de recabar información respecto a las variaciones en la distribución de esa especie y anticipar las afectaciones que pudiera acarrear para el sector ganadero y para la sociedad en general. 

“Dentro de los factores ambientales que influyen para la presencia de murciélagos y el riesgo de rabia a gran escala espacial se incluyen la temperatura, la altitud y la precipitación; existe la preocupación de que el cambio climático facilite potencialmente la llegada de la especie al sur de Estados Unidos”, asentó el investigador.

El proyecto se realiza en colaboración con expertos de la Universidad de Antioquía (Colombia), el grupo OMSA Rabies Expert en México y el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos de la Secretaría de Salud.

Explicó que la idea es enfocar estudios epidemiológicos en un contexto geográfico, mediante el uso de algoritmos correlativos, para estimar la distribución potencial y la idoneidad climática para las enfermedades transmitidas por vectores. Además de hacer un modelo de diferentes reservorios de enfermedades e identificar áreas de riesgo de infección.

Refirió que el modelo de la distribución de las poblaciones del murciélago vampiro se ha desarrollado con base en software especializado, que ha permitido proyectar escenarios de cambio climático futuro, utilizando un modelo de circulación global, considerando como potencial de invasión el sur de los Estados Unidos.

El Mtro. José Ignacio Olave especificó que en México existen cerca de ciento cuarenta especies de murciélagos, de las cuales solo tres son de hábitos hematófagos (que se alimentan de sangre), y una de esas especies es el murciélago desmodus rotundus, catalogado como el principal reservorio y transmisor del virus rábico que afecta al ganado y al ser humano. 

Detalló que esa especie habita zonas tropicales y subtropicales del continente americano, y que, en nuestro país, va desde la vertiente del Pacífico y sur de Sonora hasta el golfo de México, desde el noreste de Tamaulipas y Nuevo León. Además de habitar regiones de Chile, Argentina y Uruguay, así como islas del Caribe.

En otra parte de las observaciones señaló que diferentes estudios sobre la epidemiología de las enfermedades zoonóticas han sugerido la urgencia de identificar los factores naturales y antropogénicos que influyen en la prevalencia y el cambio en la distribución de sus reservorios y vectores.  

En ese contexto, indicó que esos estudios han ayudado a comprender la prevalencia de las infecciones de diferentes patógenos en poblaciones y colonias de murciélagos.

“Podríamos asumir que el efecto del cambio climático no sería negativo para la especie y esta tendría la posibilidad de ampliar su distribución hacia algunos estados del norte y noreste de México, así como el sur de los Estados Unidos, en Texas”, subrayó. 

Añadió que, según un análisis estadístico, para los casos de rabia bovina en México, de 1997 a 2020, transmitidos por esa especie, el mayor promedio de casos registrados en ese período (alrededor del 74 %) se encuentra en los estados de Puebla, Hidalgo, Querétaro, Veracruz, San Luis Potosí, Tamaulipas, Nayarit, Tabasco y Chiapas, concluyendo que esas zonas representan una alta idoneidad ecológica para la presencia de esa especie.